En el mes de julio con motivo de la rueda de prensa posterior a la presentación en la sede de la OMC de la Macroencuesta sobre la Competencia en la sanidad privada, hice unas declaraciones que fueron muy polémicas y que fueron provocadas por la pregunta de los responsables sectoriales de AMYTS-CESM referentes a la condición de falsos autónomos y de los llamados Trade ( autónomos económicamente dependientes ).
Sólo alertabamos de una realidad que está menazando a los médicos de ejercicio privado y que es de todos conocida: La pérdida de su libertad y de su independencia en favor de los grandes actores que han crecido de forma geométrica en los últimos años y que no se rigen por los códigos éticos y deontológicos que rigen el profesionalismo médico y que por tanto, ponen en grave riesgo de desaparición a la medicina como profesión liberal.
Para combatir con algún antídoto tan grave contaminación de nuestro ejercicio libre ha bastado con esgrimir la legislación laboral y explicar a los grandes actores que estamos dispuestos a cambiar las reglas siempre que todos juguemos con las mismas, y si apuestan por imponer sus condiciones deben tener mucho cuidado con los conceptos de Falso Autónomo y de Trade o autónomo dependiente.
No tenemos ningún problema en laboralizar la sanidad privada cuando se presta en grandes hospitales y creemos que un convenio colectivo homologaría los sueldos a nivel europeo según la regla aceptada de que….”la Privada paga el doble o triple que la Pública“, universalmente aplicada en otras áreas productivas de alta capacitación profesional y que pondría en un serio aprieto a los gestores de esos grandes Hospitales, que tendrían que repercutir sus costes en sus principales clientes, las compañías aseguradoras y que también iniciaría una competición por retener talento entre la sanidad pública y la privada, llevando los niveles salariales a niveles de países ricos y no como sufrimos en España, los más bajos entre la OCDE.