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Asunción Sánchez —que prefiere no dar su nombre real— es médica generalista en una policlínica de una aseguradora privada en Sevilla. “Ya me gustaría cobrar por cada primera consulta 65euros, pero el precio es de nueve, siete veces menos. Lo que sobra
no se va a mi bolsillo”, dice, con una sonrisa de circunstancias. Sánchez se refiere a la tarifa de 65 euros estipulada por la Junta de Andalucía para la consulta de atención primaria en el caso de que se derive esta especialidad del Sistema Público de Salud (SAS) a la privada que se recoge en la orden de presupuestación y tarifación de convenios y conciertos del SAS, aprobada la semana pasada. Esta cantidad la cuestionan los sindicatos médicos y los profesionales que atienden a sus pacientes con seguros privados por los mismos motivos: el precio está muy por encima de su retribución, en el caso de los facultativos que atienden en centros de salud, y de lo que perciben en las policlínicas privadas.
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