Artículo publicado originalmente en La Razón
La sanidad privada no es rentable para muchos de los sanitarios –no solo médicos– que trabajan en ella. La situación, finalmente, ha explotado. La mayoría de ellos –unos 250.000 profesionales: más de 50.0000 fisioterapeutas, más de 40.000 mil médicos, 15.000 psicólogos, 12.000 podólogos, entre otros– ejercen como autónomos y llevan años denunciando que sus honorarios solo han subido un euro a lo sumo –y eso en consultas, no en exploraciones o intervenciones quirúrgicas– en los últimos 25 años, mientras las cuentas de beneficios anuales de las principales empresas aseguradoras no dejan de aumentar año tras año.
Según los baremos establecidos actualmente por estas últimas- a los que ha tenido acceso LA RAZÓN- la remuneración por los actos médicos más comunes (consulta, revisión y visita en hospital) no llega a 30 euros en ninguna de las especialidades. Por poner algunos ejemplos, por una consulta de Ginecología- la especialidad mejor pagada- los honorarios oscilan, entre una y otra aseguradora, entre los 18 y los 27,6 euros; por una revisión de oftalmología, entre los 7,7 y los 16,6 euros; por una revisión de pediatría, entre los 10 los 12 euros y no llegan a los 300 euros por un parto natural. A estos baremos desfasados y obsoletos, se suma el aumento exponencial de la carga de trabajo de estos profesionales,motivado por factores como el colapso de la sanidad pública- con listas de espera cada vez mayores– y la proliferación de pólizas “low cost”.